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23.8.17

¡Viva el cuchareo! 4: La empanada de carne de la abuela Lola

¡Y volvemos con nuestra sección favorita: #vivaelcuchareo! Ya sabéis que con ella buscamos que gente que nos gusta y a la que admiramos compartan sus recetas más de siempre, ésas que los transportan de vuelta a su infancia, a la mesa de la abuela y los pucheros borboteando incasables sobre los fogones.

Hoy hemos invitado a Isabel de Mumumío a compartir con nosotros una de las recetas favoritas de su infancia. Mumumío es una plataforma online y empresa familiar donde ponen en contacto directamente al cliente con los productores, seleccionando siempre el mejor producto. Ya sabéis lo mucho que me tocan la fibrita este tipo de proyectos tan bonitos, tan cercanos al nuestro e interesados en destacar el producto español, por eso no dudamos ni un segundito en contactar a Isabel.


Isabel ha compartido con nosotros una súper receta de empanada gallega, la típica de su abuela Lola, ¡la que triunfaba en todas las ocasiones! Lola, gallega y enamorada de su tierra, hoy tiene 101 años y aunque hace más de 70 años que no vive allí, sigue recordando sin parar su infancia en Ribadavia. Además de por lo rica que está por esto nos ha gustado tanto esta receta, ¡por todo lo que evoca en un mordisco!

La empanada gallega de la Abuela Lola

Ingredientes para la masa:
- 1 tacita de aceite de oliva virgen extra
- 2 tacitas de leche entera y un poco de sal
- Medio kilo de harina. Según la abuela Lola, "harina la que admita"
- 50 gr. de mantequilla
- yema de huevo

Ingredientes para el relleno: - 20 trocitos de solomillo de cerdo
- 20 trocitos de jamón ibérico
- 3 pimientos rojos grandes
- 2 cebollas grandes




Preparación:

1. Empezamos por la masa: mezclamos sobre la encimera de la cocina, bien limpia, 300 gr. de harina y le vamos añadiendo la tacita de aceite y las dos tacitas de leche con sal. Intentamos trabajarla lo menos posible, no hay que manosearla demasiada, únicamente lo suficiente para conseguir que los ingredientes se integren entre sí. La metemos en un bol grande, la tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar una hora en la nevera.

2. Tras una hora la sacamos de la nevera y estiramos en la encimera, añadiéndole un poco de mantequilla que ayudará a que esté más crujiente y un poquito más de harina (una cucharada). De nuevo, intentamos no manosearla demasiado. La volvemos a poner en la nevera para que repose media hora y repetimos de nuevo este proceso de añadirle mantequilla y meterla en la nevera otra media hora.

3. En los tiempos de reposo aprovechamos y vamos preparando el relleno. Freímos dos cebollas muy picaditas a fuego muy suave con un poco de aceite de oliva. Le añadimos 2 cucharadas de tomate casero y reservamos.

4. Por otro lado freímos los pimientos rojos y el solomillo de cerdo previamente cortado, que nos servirán para hacer pequeños montoncitos (20 en total).

5. Sacamos la masa de la nevera. La partimos en dos mitades, una tiene que ser ligeramente más grande, que será la parte de abajo de la empanada. Estiramos masa y colocamos en la bandeja del horno.

6. Vamos colocando montoncitos encima de la masa. Primero cebollita pochada, solomillo de cerdo, jamón crudo, pimiento y un poquito más de cebolla. Repetimos hasta completar la empanada completa.

7. Añadimos la otra mitad de la masa estirada y con ayuda del sobrante de la masa de abajo, cerramos con delicadeza. Hacemos un agujero en el medio de tamaño de un tapón, para que respire y no se abombe. Si nos ha sobrado un poco de masa, podemos hacer rulitos y decorar la empanada.

8. Batimos la yema de un huevo y con un pincel pintamos la parte superior de la empanada. Metemos en el horno durante 1 hora aproximadamente. Los 14 primeros minutos a 200º y luego bajamos a 175º. Dependerá del horno de cada persona, hay que ir verificando y no dejar que se queme :)

¡Y voilà! Sacamos del horno y dejamos enfriar. En casa siempre la tomamos del tiempo y nunca caliente. Nos encanta comerla al día siguiente porque la masa queda espectacular. El problema es que nunca dura un día porque siempre nos la comemos antes :)



1. ¿Además de la empanada... qué otras recetas recuerdas con cariño de tu infancia?La empanada es un poco tediosa de preparar, así que poder comerla siempre ha sido un premio.
Como buena gallega, la abuela Lola siempre ha cocinado estupendamente y recuerdo mis veranos en las Rias Baixas comiendo de escándalo el mejor pescado de la ría, verduras recién recolectadas y postres riquísimos. Me quedo con el rape y la merluza rebozada, las patatas rellenas y un postre inventado por mi abuela que llamaba "Chúpate los dedos" (os lo contaré en la siguiente edición ;))
Ahhh, y como los camarones eran tan pequeños y tan ricos, Lolita siempre se los dejaba de postre y muchos días acabábamos poniéndonos moradas.

2. ¿Qué olores de la cocina te marcaron? 
Siempre la recuerdo preparar todo con mucho mimo y "muy despacito" Ahí está el truco, decía ella. Le encantaba tener un buen pinche y ser ella la que dirigiese la orquesta. Me vienen a la cabeza esos guisos con pescado, una buena carne asada, sus famosos rollitos de carne de ternera, sus croquetas espectaculares...
Preparaba todo tan bien que la echo mucho de menos en los fogones.
Me chiflaba que pusiese la masa de las croquetas en las conchas de las vieiras y a día de hoy es algo que sigo haciendo en mi casa.

3. ¿Cuántos os sentabais a comer? 
Siempre he pasado los veranos con ella y aunque en Madrid nos juntábamos con todos mis primos y tíos, en Galicia solíamos estar mis abuelos, mis padres y mis hermanos. Todos muy comilones :)

4. ¿Los domingos en tu casa se hacía algo especial cuando eras pequeña?
El domingo ha sido un día donde generalmente salíamos a comer fuera con mis padres y mis hermanos, aunque formaba parte de mi día a día ver a mi madre cocinar y a la abuela Lola, en mis interminables visitas, elaborar recetas con sabores increíbles. Desde hace casi 10 años Lola ya no cocina, pero me encantaba poder ayudarla y aprender todos sus trucos.

5. ¿Cuáles son los dos platos más tipicos (y que más te gustan) de la región donde te criaste o que más te influenció? ¿Y de donde vives ahora? 
He crecido en Madrid pero me siento medio gallega. Me chiflan los veranos eternos comiendo pimientos de padrón, queso de tetilla. Soy una loca del pescado fresco y me encanta de todas las maneras: merluza a la gallega, rape rebozado, xoubas, arroz con bogavante, zamburiñas, vieiras, pulpo... Pero se me conquista con una buena tortilla de patatas, ¡la comería todos los días!
Y si tuviese que elegir algo fuera de nuestras fronteras, me quedo con la comida peruana y la japonesa. Su cultura, su gente y sus cocina me marcaron hace una década y ya nunca las he olvidado.


6. ¿Cómo te ha marcado la cocina de tu familia en tu relación de hoy dia con la comida? ¿Y en tu afición por cocinar?
Siempre veía a mi madre trabajar fuera de casa y además, preparar platos ricos, naturales y sencillos y nada de congelados. Me han llevado a comer a buenos sitios y sobre todo, me han inculcado respeto por la buena materia prima, así que desde bien pequeñita me ha chiflado cocinar, observar y aprender nuevas recetas. Siempre he sido muy curiosa y me divertía que mis amigos me contasen lo que comían en sus casas. A día de hoy me lo siguen recordando :)

Ahora sigo viviendo en Madrid y toda mi afición a la comida la materialicé en el 2011, cuando mi hermano Álvaro y yo lanzamos Mumumío. Siempre cuento que la idea surgió cuando yo vivía en Londres y veía que no poníamos en valor la riqueza gastronómica que existía en nuestro país, pero además es una consecuencia de todos mis veranos en Galicia y mi decepción al volver a Madrid, donde ya no podíamos disfrutar de aquellos maravillosos productos. Así que creamos Mumumío, donde elegimos los mejores productos y artesanos de comida de la península y las Islas y los enviamos directamente desde el origen al cliente.

Mi abuela Lola me ha enseñado que el mejor sitio para reunirse es la cocina: disfrutar de la familia preparando platos de toda la vida y deleitar a tus amigos con tus guisos, que siempre esconden historias y mil anécdotas. Las nuevas generaciones hemos perdido esa tradición y sin duda merece la pena que recuperarla. Cocinar relaja, cocinar inspira, cocinar nos permite tener imaginación y disfrutar con tu familia y amigos. Eso es lo mejor de todo: comer lo más rico con la gente que más quieres.

Lola ya no cocina, pero a sus 101 sigue comiendo mucho y ella solita. Me encanta ir a verla en su casa de Madrid y curiosear sus armarios, con vajillas espectaculares, cuberterías muy especiales y gadgets divertidos. Lolita siempre será mi inspiración y nunca olvidaré su mítica frase cuando le preguntaba: Abuela, ¿cuántos gramos lleva la empanada o esta tarta? "HARINA, LA QUE ADMITA" 😄😄


Ro, hasta aquí te cuento :)
Un placer haber contestado a estas preguntas, me hizo recordar, sonreír y divertirme mucho.
Cualquier duda sobre la empanada me cuentas. Parece dificil, pero no tiene mucha ciencia, con ponerle cariño y seguir las indicaciones de la abuela Lola, perfecto. Deseando que la pruebes. Y sino la hago yo un día y brindamos con una copita de albariño!
Un beso enorme!!

¡No os olvidéis que nos encantaría que compartieseis con nosotros vuestras recetas dignas de #vivaelcuchareo! Nos las podéis hacer llegar por Twitter, Facebook o Instagram, donde os contamos todas, toditas nuestras novedades.