Hace unos días nos fuimos a Asturias y pasamos la mañana en el taller del buenazo de Ignacio con idea de traernos algunos de sus cestos para nuestra tienda online. Nos contó lo duro que es subir al monte en invierno a por este avellano tan típico de la región, pero que como va con sus hermanos pues lo disfrutan juntos. Estuvimos viendo como trabajaba, sus herramientas, sus anécdotas... os contamos como es el proceso de producción de esta cestería tan característica de Asturias y que cada vez cuesta más encontrar.
Según nos comenta Ignacio, el primera paso para poder hacer los cestos es cortar la madera de avellano, estos en concreto están cortados en el termino municipal del pueblo de LLonin, en las laderas de sus ríos, donde siempre hubo mucho avellano. Antes de cortar el palo hay que escoger los mas lisos y rectos posible, y acarrearlo a cuestas a un canino donde llegue el coche, para su traslado hasta el pueblo.
En la época del padre de Ignacio, se sacaba al hombro hasta el camino y después se trasladaba en burro asta el pueblo de LLonin, donde tenía el horno. Una vez en el pueblo hay que meterlo en el horno para darle calor hasta que el tronco de avellano esta cocido, pero sin llegar a tostarse. Una vez cocido, se procede a henderlo o “jenderlo” a la mitad y sacar el mayor numero de costillos posibles. Los costillos son las tiras de de las que se compone el cesto.
Posteriormente los costillos se trasladan al banco de trabajo para desbastarlos con la rasera hasta dejarlos en menos de dos milímetro, por consiguiente, hay que tener la mente y el tacto coordinados para no desbaratar demasiado y no echar a perder todo el trabajo anteriormente realizado. Y para finalizar, una vez labrados los costillos se procede a humedecerlos y se van doblando con suavidad para que cojan flexibilidad, antes de ponerse a la formación del cesto que se desee.
Para ver y comprar los productos de avellano de Ignacio: tienda online de Real Fábrica
¡PUXA ASTURIES!
También hace cestitas pequeñas?
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